En el verano japonés siempre llegan tifones. A principios de julio se acercó uno, y aunque aquí en Matsue no pasó nada, en otros lugares del japón sí, como Kagoshima, Miyazaki : Casas destrozadas, gente en albergues, inundaciones, etc. Pero como me dijo mi hermana "las malas noticias son las primeras que se saben" y ya ven, seguimos vivitos y coleando, afortunadamente.
El 3 de agosto esperábamos el segundo tifón de la temporada. Aquí, los tifones se nombran por número. Éste es el número 5. Para nuestra sorpresa parece que al llegar a esta región del Sanin se disolvió y solo llovió en la tarde. Uf... Menos mal pasó el susto...y la clase de Belly Dance se pudo hacer sin problemas también.
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